Dislexia ¿Qué hay detrás de la dificultad para leer?

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que genera limitaciones para automatizar el proceso lector. Estas limitaciones se circunscriben a tareas que implican hacer uso de la lectura, y normalmente, la escritura (disgrafía) y las matemáticas (discalculia), no dándose generalmente estas dos últimas sin la presencia de la primera. No esta relacionada con la capacidad intelectual, con afecciones sensoriales, ni con otra alteración neurológica.

Según estudios realizados sobre las causas de la dislexia el origen de estas dificultades es neurobiológico, y se asocia a desórdenes en la migración neuronal debido a factores genéticos. Afecta a tres áreas del hemisferio izquierdo del cerebro (área temporo-parietal, área temporo-occipital y área frontal-inferior) dando lugar a una menor activación de dichas áreas (Galaburda, Sherman, Rosen, Aboitiz y Gescwind, 1985; Humphreys, Kaufmann, Galaburda, 1990; Galaburda y cols., 1985; Kaufmann y Galaburda, 1989; Humphreys y cols., 1990)

Coltheart y colaboradores en el año 1981 propusieron una clasificación sobre los diferentes tipos de dislexia, que a día de hoy es la más conocida y aceptada y se basa en el modelo de DOBLE RUTA de la lectura. Dicho modelo expone que los normolectores utilizamos dos vías para llegar al significado de las palabras que vemos escritas; una vía léxica y una vía fonológica. La primera la usamos cuando conocemos la palabra, ya que una vez la conocemos queda guardada en nuestra memoria a largo plazo y la vemos como «un todo» como un «dibujo». La segunda, la usamos cuando no conocemos la palabra y debemos realizar el mecanismo de conversión grafema-fonema (letra-sonido) hasta que se almacena en nuestra memoria.

Pues bien, teniendo dicho modelo en cuenta, este autor afirmo que los niños/as que presentan dislexia pueden presentar problemas para hacer uso de algunas de estas rutas o en las dos, siendo lo más común, presentar dficultades a la hora de hacer uso de la ruta fonológica. Así, distinguió entre dislexia superficial o visual, dislexia fonológica, y dislexia mixta.

Para la detección del riesgo de dislexia existen herramientas como la prueba DST-J o la herramienta DYTECTIVEU, las cuales se pueden usar desde los colegios e institutos respectivamente. Sin embargo, para realizar el diagnóstico de la dislexia, tiene que hacerse una evaluación exhaustiva, y ésta debe llevarla a cabo un profesional (psicólogo, pedagogo y/o psicopedagogo) que se encuentre formado en ello. En dicha evaluación se debe valorar la inteligencia general, la atención y la velocidad de procesamiento de la información, las habilidades visioperceptivas y visioconstructivas, el funcionamiento de todos los procesos implicados en la lectura y la escritura, y el estado de las funciones ejecutivas. Además, se tiene que valorar, el estado de ánimo y la conducta, y recoger la información tanto del niño/a o adolescente como de la familia y el colegio.

En relación a la intervención, hay que tener en cuenta que a diferencia de los niños/as que presentan un retraso lector, el cual con intervención puede remitir, no será así en el caso de la dislexia, por lo que el objetivo es entrenarlos/as en estrategias compensatorias, teniendo presente que habrá dificultades que permanecerán a lo largo del tiempo, como aquellas que presentan a la hora de seguir las reglas ortográficas.

Para llevar a cabo la intervención, lo ideal, al igual que en el proceso de diagnóstico, es que la realicé un profesional especializado que usé diferentes herramientas para el entrenamiento (juegos para tablet y ordenador como Dytective, utilizar el cuerpo y el movimiento, fichas divertidas, etc) para hacerlo lo más entretenido posible y evitar el aburrimiento. Además, se debe intervenir en las posibles alteraciones del estado de ánimo y de la conducta que puedan derivarse, y por supuesto, otorgar pautas y apoyo a la familia, así como coordinarse con el centro educativo.